
Según escribía José Emilio Rubio para la presentación de la proyección de esta noche, el primer gran acontecimiento enmarcado en el aniversario fue la inauguración y bendición de la nueva capilla del Cristo de la Sangre, en las dependencias subsistentes de la antigua Portería del convento carmelita, y a partir de ahí se sucedieron las presentaciones de libros, los conciertos, los actos sociales y las conferencias, que ocuparon año y medio de intensa actividad y de sucesión de vivencias y emociones inolvidables.
Merece la pena destacar, entre los hitos de aquella efemérides, el estreno del nuevo trono del Cristo de la Sangre, realizado en Sevilla, y de las imágenes del paso de la Conversión del Buen Ladrón, de José Antonio Hernández Navarro, y las de San Vicente Ferrer y el soldado del Pretorio, de Ramón Cuenca Santo.

Pero lo que marcó, verdaderamente, la conmemoración del VI
Centenario, fue la celebración del Año Jubilar de la Preciosísima Sangre, que
desde el día 2 de enero al 20 de noviembre vertebró el conjunto de actos
programados y dio lugar a numerosas peregrinaciones de cofradías, parroquias y asociaciones,
que se llegaron hasta las plantas del Santísimo Cristo para orar ante Él y
obtener las indulgencias concedidas por la Penitenciaria Apostólica de la Santa
Sede.
Esas imágenes han ido acompañadas con la música en directo de la Banda de Tambores y Cornetas de la Archicofradía de la Sangre.
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