FOTO: periódico La Verdad |
Recogió la presidencia de la Cofradía a finales de los 90, pero era nazareno desde la cuna. Vistió túnica por primera vez a la edad de 5 años, y no dejó de salir en las procesiones, excepto en el 2002 cuando su corazón le dio el primer toque de atención y su médico le prohibió hacer el recorrido, aunque sí que pudo ver salir al Cristo del Amparo de San Nicolás y recogerse, eso sí, el médico pegado a él, porque sabía lo que suponía ver a su Cristo, envolverse en emociones.
Quienes le conocen afirman que este hombre, fuerte de carácter y débil de corazón, ha sabido defender y mantener su cofradía y patrimonio de la misma, como pocos.
Hoy se ha reunido con su Cristo del Amparo y su Madre, María Santísima de los Dolores para ver el próximo año la procesión del los azules desde un lugar privilegiado.
D.E.P.
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